La Casa Hogar de Ancianos "San Judas Tadeo" ubicada en Altamira, Caracas, recibió este domingo 22 de marzo en horas de la mañana, a la junta directiva y socios de nuestro fans club, que se unieron para realizar esta actividad social.
Más de 130 ancianitos hermosos, que alberga esta maravillosa casa, fueron participes de unos momentos llenos de amor y felicidad. Con las risas, los chistes y los cuentos de algunos de ellos, pudimos compartir cada instante de este día. Además de poderles ayudar con alimentos no perecedemos y unas galleticas para endulzar sus vidas.
Como olvidar a nuestro abuelito de la casa hogar, que nos leia la mano a todas y hasta quedo encantada con algunas chicas del club. Ademas de las dos abuelitas que se ayudaban una a la otra, hasta se compartian su comida.
Lo más fuerte fue cuando una de las abuelitas nos pidio que rezaramos por ella, porque se sentia muy mal y piensa que va a morir. A dios le pedimos todos por esta hermosa abuelita, que le de el resto de sus dias llenos de alegria y amor.
Para finalizar la abuela Carmen que nos llenaba de cariño y juventud, a pesar de su edad, y nos contó muchas cosas importantes, además de darnos unos sabios consejos. Así culminó nuestra labor.
En esta actividad aprendimos que nunca es tarde para sonreir y que la vida es una sóla y debemos vivirla al máximo, con mucha responsabilidad y respeto a los demás. Si ayudas a los demás y les llevas una sonrisa rebelde, sentirás que tu corazón se llena de felicidad.
Más de 130 ancianitos hermosos, que alberga esta maravillosa casa, fueron participes de unos momentos llenos de amor y felicidad. Con las risas, los chistes y los cuentos de algunos de ellos, pudimos compartir cada instante de este día. Además de poderles ayudar con alimentos no perecedemos y unas galleticas para endulzar sus vidas.
Como olvidar a nuestro abuelito de la casa hogar, que nos leia la mano a todas y hasta quedo encantada con algunas chicas del club. Ademas de las dos abuelitas que se ayudaban una a la otra, hasta se compartian su comida.
Lo más fuerte fue cuando una de las abuelitas nos pidio que rezaramos por ella, porque se sentia muy mal y piensa que va a morir. A dios le pedimos todos por esta hermosa abuelita, que le de el resto de sus dias llenos de alegria y amor.
Para finalizar la abuela Carmen que nos llenaba de cariño y juventud, a pesar de su edad, y nos contó muchas cosas importantes, además de darnos unos sabios consejos. Así culminó nuestra labor.
En esta actividad aprendimos que nunca es tarde para sonreir y que la vida es una sóla y debemos vivirla al máximo, con mucha responsabilidad y respeto a los demás. Si ayudas a los demás y les llevas una sonrisa rebelde, sentirás que tu corazón se llena de felicidad.
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